Suena en todas partes. De un tiempo a esta parte, las siglas EDM (Electronic Dance Music) sirven para cobijar bajo el mismo paraguas a varios tipos de música electrónica. ¿Cuánto tiene de auténtico género y cuánto de marketing?
Repasemos esta breve reflexión que expone Diego G. Murua de 'gonzoo.com'.
El término es tan ambiguo EDM es tan ambiguo que va desde el techno hasta la música disco.
Durante estos dos últimos años el término EDM viene haciéndose un hueco en el periodismo musical para referirse a un conjunto dispar de subgéneros de la electrónica que han aparecido en la última década y que causan sensación entre los más jóvenes.
En realidad, el término es tan ambiguo (‘Música electrónica de baile’) que se podría incluir también a géneros independientes y de sobra reconocidos como el techno o la música disco. Pero tampoco es eso. No hay una definición concreta pero por los artistas que en los últimos meses han sido calificados como EDM, más o menos se puede intuir qué es y qué tipos de electrónica entrarían dentro de esta categoría.
La resurrección ‘rave’
Muchos dirán que nunca se fueron y es verdad. Las ‘raves’, las fiestas ilegales de techno y acid house que prendieron en Inglaterra en los años ochenta, se extendieron por todo el mundo y alcanzaron su cota más alta a mediados de la década de los noventa, siguen existiendo, tanto en Inglaterra como aquí. Los colectivos ‘ravers’ nunca han descansado y por cada uno que se jubila surgen otros nuevos.
Asociados a esta cultura, han ido naciendo en los últimos veinte años distintas variantes de música electrónica, algunas muy parecidas entre sí y difícilmente diferenciables para oídos no habituados. La fusión de estos nuevos tipos de música con estilos ya asentados y ajenos a la electrónica han resultado en más y más mutaciones musicales. Así, en una ‘rave’ se puede escuchar, por ejemplo, hardtek, jungle, trance o breakbeat. Cada uno de ellas tiene su momento y su público.
Aunque las ‘raves’ se propagaron por todo el mundo e incluso en EEUU han existido focos tradicionales en torno a Nueva York o los suburbios de Detroit, se trata de un fenómeno eminentemente europeo. Para algunos, el surgimiento de la música EDM es justamente la consecuencia de un crecimiento en EEUU de la cultura ‘rave’ y el habitual intento de asimilación de este movimiento underground y originalmente antisistema por parte de las multinacionales.
Los dj’s mejor pagados del mundo
Desde sus inicios, el consumismo estadounidense ha necesitado tener todo controlado bajo un código de barras, para poder ordenarlo en las estanterías de los grandes centros comerciales. También la música. Hoy en día es igual de punk un disco de los ingleses The Exploited que cualquiera de la escuela punk rock californiana edulcorada de la MTV, véase Green Day por ejemplo. El margen es aún más amplio en el rock: dentro conviven Elvis o Bruce Springsteen y también Metallica o Muse, y, sin embargo, entre todos ellos hay un abismo.
Con la electrónica ha pasado en cierto modo algo parecido. Las grandes discográficas y los estudiosos de la mercadotecnia han ideado un nombre bajo el que reunir a las cabezas visibles de la música electrónica de los últimos años sin tener en cuenta su procedencia. Todo debido a la demanda de una nueva generación adolescente que ha conocido el mundo de las fiestas multitudinarias repletas de luces y graves y las drogas de diseño que, por qué no decirlo, están muy ligadas a este ambiente.
Así, dentro del EDM podemos encontrar a Skrillex, para muchos el responsable de la perversión del dubstep(una música que se consolidó a mediados de la década pasada), el suave 'french touch' de Daft Punk, el electrohouse de Deadmau5 o los remixes de DJ Tiesto, David Guetta y Steve Aoki. Paradojas de la vida, todos ellos se colocan entre los dj’s mejor pagados del mundo según la lista Forbes mientras los puristas enrabietados se tiran de los pelos.
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